Señor que lo que aprenda de mis maestros me haga humilde, pacífico y sereno.
Que domine mi espíritu.
Que haga fuerte mi voluntad como mi cuerpo físico.
Que no tema el combate en contra de mis defectos, miedos y temores.
Que aleje mi orgullo de mi ser y que por último sólo emplee mis conocimientos con justicia
y para el bien de los míos como de los que yo pueda proteger.
Amén